Unos meses después de anunciar que en 2020 la isla de Komodo se cerraría al turismo para recuperar el hábitat de su dragón endémico, el Gobierno indonesio ha cancelado el plan.
La ministra de Medio Ambiente, Siti Nurbaya, ha especificado en un comunicado que en lugar de cerrar totalmente la isla, se limitará el número de visitantes. Nurbaya asegura que la población de sus dragones es relativamente estable y no se encuentra amenazada.
La población de sus dragones es relativamente estable y no se encuentra amenazada
SITI NURBAYA Ministra de Medio Ambiente
El jefe de la secretaría regional de la provincia de Nusa Tenggara Oriental, Ardu Jelam, explicaba en el mes de julio, cuando se anunció el cierre, que “la iniciativa busca recuperar las poblaciones de ciervos y búfalos, de los que se alimentan los dragones y que han disminuido a causa de la caza furtiva, así como prevenir el turismo masivo que ensucia la isla y afecta a los lagartos”.
VIKTOR B. LAISKODAT Gobernador de Nusa Tenggara Oriental
Por su parte, el gobernador de Nusa Tenggara Oriental, Viktor B. Laiskodat, afirmaba en julio que la isla debía ser cerrada al público “para impedir que el turismo interfiera en el apareamiento de los dragones y en la eclosión de sus huevos”.
Más de 176.000 turistas visitaron en 2018 el Parque Nacional de Komodo. Muchos llegaron solo para ver a los dragones, que solo pueden ser hallados libres en el este de Indonesia.
En julio, el Gobierno provincial indicó que destinaría 6,4 millones de euros a restaurar la flora y fauna autóctonas de la isla y a construir infraestructuras para proteger su ecosistema terrestre y marino.
La medida afectaba también a cerca de 2.000 residentes de Komodo, que iban a ser realojados a otras zonas del archipiélago y que protestaron en septiembre en Yakarta contra el cierre y la explotación comercial de la isla por parte de compañías estatales.
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